Los discos de freno son componentes clave del sistema de frenado de un vehículo. Están diseñados para proporcionar una superficie de fricción que permita al vehículo detenerse o disminuir su velocidad de manera segura y controlada.

Los discos de freno se encuentran generalmente en las ruedas delanteras del vehículo y están conectados a las pinzas de freno por medio de un sistema hidráulico. Cuando se pisa el pedal del freno, la pinza de freno se aprieta contra el disco de freno, fallando que disminuyendo la velocidad del vehículo.

Los discos de freno están hechos de materiales resistentes al calor y al desgaste, como hierro fundido, acero o cerámica. Los discos de freno pueden ser sólidos o ventilados. Los discos de freno ventilados tienen agujeros o ranuras en el centro que permiten que el aire fluya a través del disco y ayuden a disipar el calor generado durante la frenada.

Es importante revisar periódicamente el estado de los discos de freno y reemplazarlos cuando sea necesario, ya que el desgaste excesivo o las grietas en el disco pueden dañar la eficacia del sistema de frenado del vehículo y poner en riesgo la seguridad del conductor y los pasajeros.